Mitos sobre las dietas

Cuántas veces habré oído aquello de: sólo pasados 30 minutos es cuando comienzas a quemar grasa… Pues se acabó pensar esto, pues se queman aproximadamente el mismo número de calorías haciendo 8km en 40 min, que 8km en 1 hora. ¿La razón? El primer tiempo corresponde a una mayor velocidad (12km/h) y a 8km/h en el segundo. Cuanto más rápido vas, más energía necesitas para mantener el ritmo.

 

Conclusión: si tienes poco tiempo haz series de velocidad para aprovechar el entrenamiento.

 

  1. La electroestimulación adelgaza:

Si os digo que cualquier contracción muscular se lleva a cabo mediante impulsos eléctricos, ya sabréis responder a esta afirmación. La electroestimulación afecta a los músculos, y como dije antes, una cosa son los músculos y otra muy diferente la grasa.

 

  1. El atún aumenta la masa muscular:

Para que esta afirmación fuera del todo correcta habría que añadir: “si entrenas”. El atún es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico (94) y pobre en grasas, siendo éstas de tipo omega-3, que actúan como protector cardiovascular. Además aporta poca energía y requiere un gran gasto para digerirlo. No es que adelgace, pero se gasta más en consumirlo que otro alimento normal y aporta muy pocas calorías.

 

 

  1. Mejora la vista con unas zanahorias:

El color naranja de la zanahoria se debe a los betacarotenos, precursores de la vitamina A, necesaria para fabricar el pigmento rodopsina, encargado de la adaptación de la visión en la oscuridad. Si tomas muchas zanahorias no te desaparecerá la miopía o similares, sino que agudizará tu visión en condiciones de escasa luminosidad.

 

 

  1. El deporte engorda:

Quien hiciera esta afirmación podemos decir que no era muy aficionado al ejercicio. Entrenar requiere energía, y la energía se consigue quemando calorías, punto. Por el contrario, la idea generalizada de que el ejercicio engorda, se debe a la ganancia de masa muscular “limpia” (sin grasa), sobre la báscula. Generalmente van unidos a la pérdida de centímetros.

 

  1. Las grasas son malas:

Los seres vivos dependemos de las grasas para vivir. Las vitaminas liposolubles K, A, D y E se ingieren con las grasas, los ácidos grasos esenciales o vitamina F (ácido linoleico y alfa-linoleico) no se producen en el cuerpo. Las grasas sirven de reserva para disponer de energía cuando no podamos alimentarnos. Benefíciate de las grasas eligiendo grasas insaturadas de los pescados como el salmón, atún, sardina, etc. y de aceites vegetales (girasol, oliva, aguacate, etc.). Por el contrario debes evitar las grasas saturadas de las carnes grasas, huevos, lácteos y derivados.

 

 

  1. Las ostras mejoran tu vida sexual:

Esta fama se debe a su alto contenido en cinc (52mg/100g), mineral que favorece la producción de espera y aumenta la potencia sexual masculina. Sin embargo estudios han demostrado que el efecto afrodisíaco se encuentra en la mente y no en el estómago.