Desarrolla una fuerte espalda realizando dominadas

Tener una espalda ancha y fuerte es uno de los principales objetivos y atractivos de muchos hombres, y uno de los ejercicios clásicos para desarrollar esta zona del cuerpo son las dominadas que permiten infinidad de variaciones para mejorar la fuerza, el tono y la apariencia del cuerpo.

 

Las clásicas dominadas en barra fija deben comenzar colgándose de la misma, siendo siempre opcional el agarre a ésta según el estímulo que queramos lograr, aunque para comenzar, siempre viene bien que el agarre sea en supinación y con las manos separadas del ancho de los hombros. Es decir, con las palmas de las manos hacia arriba y la distancia entre éstas no muy estrecha.

 

Una vez allí, los brazos deben estar extendidos por completo y los hombros relajados. Para comenzar el ejercicio, inspiramos profundamente intentando contraer los dorsales para elevar el pecho hacia la barra, hasta que la pera o barbilla esté a la altura de la barra. Una vez arriba, descenderemos espirando y con total control, para evitar dejar caer el cuerpo y trabajar la fase excéntrica o negativa del movimiento.

 

Durante la ejecución de esta clásica dominada, no debes subir las rodillas para ayudarte, el cuerpo no debe balancearse sino que debe subir y bajar en línea recta y además, debes concentrar el trabajo muscular en los dorsales para no sobrecargar los músculos del brazo que pueden intervenir de manera errónea.

 

Una vez que logres hacer este tipo de dominada, puedes variar el agarre, cuanto mayor distancia haya entre una mano y otra sobre la barra, más se trabajarán los dorsales superiores, y si quieres poner énfasis en los dorsales inferiores y pectoral, coloca las manos más cerca para ejercitarte en agarre cerrado.

 

Si eres principiante, puedes comenzar con ayuda para alcanzar la barra y para descender con mayor control y realizar algunas repeticiones en barra fija y terminar la serie haciendo jalones con polea.

 

Las dominadas son un ejercicio difícil de realizar correctamente, por eso, es esencial realizarlas en un principio, con supervisión profesional y después, progresar en su intensidad si deseamos desarrollar los dorsales y lucir una espalda trabajada que, en apariencia, afine la cintura.