Consejos para mejorar en natación

 

Estudia los rangos de movilidad óptimos para tu nivel y estilo y trabaja de manera complementaria en tu preparación física para solventar tus limitaciones

 

  1. Déjate asesorar por expertos

Elige a un buen profesional que dirija tu desarrollo técnico y tu entrenamiento a largo plazo con las pautas y métodos correctos. Puede suponer un ahorro de tiempo y esfuerzo muy importante.

 

 

  1. Centra tu atención en aquellos aspectos técnicos determinantes de tu rendimiento en el nado

Mejora tu posición hidrodinámica, disminuye tu resistencia al avance y mejora tu propulsión de brazos.

 

 

  1. No intentes corregir más de 2-3 errores técnicos a la vez

Una de las labores que más van a marcar tu desarrollo técnico y por lo tanto tu progreso como nadador es la de ser capaz de discernir entre todos los errores técnicos que cometes, priorizando en aquellos 2-3 más importantes. Centrarse en la solución de esos errores principales seguramente hará que desaparezcan otros errores asociados. Pensar en la solución simultánea de un mayor número de errores no hará sino confundirte y probablemente hacer que acabes nadando peor que al inicio del análisis.

 

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  1. Rebaja tus registros, no necesariamente tus brazadas

De lo que se trata es de nadar más rápido. No pierdas nunca este objetivo de vista. Evalúa tus marcas y progresos mediante el uso del trabajo técnico, del proceso de entrenamiento y de la oscilación de las variables cinemáticas (si se diese) frecuencia y longitud de brazada.

 

 

  1. Acelera tu brazada

El peor enemigo de la velocidad de desplazamiento en el agua es la velocidad constante de manos y/o pies. A grandes rasgos, una mayor aceleración supondrá más velocidad y más deslizamiento, siempre que mantengas la orientación de tus superficies propulsivas de manera correcta.

 

 

  1. Mejora tus habilidades acuáticas

Destina parte de tu sesión al trabajo técnico. El final del calentamiento es un buen momento para hacerlo.
Existen multitud de ejercicios en el agua que te ayudarán a adaptarte al medio. Los mejores nadadores son capaces de hacer ejercicios en el agua increíblemente complejos, así que no te quedes en los típicos “puntos muertos” ni ejercicios de “codos altos en recobro”.

 

 

  1. Utiliza series largas si estás preparado

Para mejorar la eficiencia de nado, las adaptaciones cardiovasculares y la capitalización sanguínea, en fases de trabajo general será conveniente el uso de volúmenes altos de nado.
En fases específicas del ciclo de entrenamiento, es recomendado el trabajo de series cortas más intensas que la velocidad media de competición, o distancias aproximadas a las de competición con alguna parte (inicial o final generalmente) a ritmo de prueba.

 

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  1. Estudia tus propios vídeos

¿Te has visto alguna vez nadando a ti mismo? La percepción que tenemos de la posición de nuestros segmentos corporales, sus aceleraciones y la coordinación pies/brazos/respiración puede distar mucho de lo que realmente ocurre.
Tanto si dispones de entrenador como si entrenas tú sólo, el estudio de tu técnica individual y la influencia de tu entrenamiento técnico y de resistencia modificarán tu estilo de nado. Utiliza el video para compararte y encaminar tus progresos de manera adecuada.

 

 

  1. Optimiza tu amplitud articular

Hombros y tobillos son las articulaciones claves en casi todos los estilos. Si tus rangos de movilidad no son los más correctos deberás trabajar tu flexibilidad en caso de falta de recorrido, o estabilizar tus articulaciones con ejercicios propioceptivos y fijadores si tienes exceso de recorrido articular.
Ten en cuenta que la falta de amplitud de movimiento limitará tu eficiencia propulsiva, al hacerla más corta, y aumentará tu riesgo de lesión por procesos de inflamación tendinosa. Una flexibilidad excesivamente amplia disminuirá tu efectividad en los recorridos propulsivos necesarios y dará lugar a laxitud ligamentosa propensa a esguinces articulares.