La tercera edad y el ejercicio

A medida que las personas envejecen se producen evidencias de modificaciones y alteraciones en su estado de salud física y sicológica. Estos cambios son progresivos e inevitables, pero se ha demostrado en varias investigaciones, que el ritmo de degeneración se puede modificar con la actividad física. En efecto, el ejercicio puede ayudar a mantener o mejorar la condición física, el estado mental y los niveles de presión arterial del adulto mayor.

 

Entre más rápido empiece mejor, pero recuerde, nunca se es demasiado viejo para comenzar a hacer ejercicio. Es posible que no sea capaz de saltar en un programa de entrenamiento físico riguroso, pero el mensaje es hacer lo que pueda. Involúcrese en actividades físicas que estén dentro de su capacidad y simplemente no las abandone. La consistencia es la clave y puede quedar  agradablemente sorprendido por lo mucho que puede mejorar su salud y estado físico, haciendo incluso el tipo ejercicio más ligero.

 

Si esta entre los 70s, 80s, años o más, y/o tienen capacidades físicas limitadas, le recomiendo comenzar con los ejercicios mencionados en este artículo, ya que el mejorar el equilibrio y la coordinación puede reducir significativamente el riesgo de caídas–lo que podría tener ramificaciones amenazantes.

 

 

Con ejercicios aeróbicos adecuados, aunque estos se empiezan a la edad de 60 años, se puede incrementar de uno a dos años la esperanza de vida, la independencia funcional, y ayudar a prevenir enfermedades. Se ha encontrado que las dos terceras partes de las personas con más de 60 años practican de manera irregular alguna actividad física o son totalmente sedentarios

 

En programas de ejercicios supervisados para la tercera edad, los factores de riesgos de lesiones, dolores, accidentes y hasta muerte se encontraron a una intensidad más alta de 85% de la frecuencia cardiaca máxima; de hecho, el ejercicio excesivamente intenso o prolongado puede conducir a una fatiga extrema, un cansancio y una convalecencia que retarda los beneficios del ejercicio.

 

 

El ejercicio es muy beneficioso para la salud mental en la tercera edad, además que mejora la autoestima, las funciones intelectuales, las relaciones sociales y los hábitos de sueño.