La importancia del ejercicio en los niños

El niño se relaciona con sus semejantes, otros niños o adultos, comprendiendo las reglas del juego y experimentando. Se hace más colaborador y menos individual, reconociendo y respetando a sus semejantes.

 

Durante sus primeros cinco años de vida, el niño pasa gran parte de su tiempo jugando solo o en casa, con las personas más cercanas. A través de estos juegos obtiene el placer que proporciona el movimiento, va preparando su cuerpo para actividades motoras cada vez más complejas y a la vez se relaciona y conoce a sí mismo y a su familia.

 

Potencia la creación de hábitos saludables, desde la propia práctica del ejercicio a una alimentación sana o una adecuada higiene corporal, cuestiones a las que los padres debemos contribuir con nuestro ejemplo y enseñanzas.

 

Permite al niño adquirir un mayor tomo y control sobre sus movimientos, coordinación, una mejor forma física en general y unos hábitos de vida saludables, ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal. Media hora de actividad diaria en los niños previene la obesidad infantil. Mejora la mineralización de los huesos y disminuye la posibilidad de la osteoporosis en la edad adulta.

 

 

Favorece su bienestar en general. Mejora su salud porque redunda en la mejora de sus sistemas cardiorrespiratorio, muscular y óseo, favorece además el desarrollo y mejora de la capacidad de atención y concentración.

 

Lo más importante para el propio niño, que le anime a seguir practicando ejercicio, es que el niño se divierte al considerar la actividad física o el deporte como un juego, en el que la competición y las exigencias están en un nivel inferior al disfrute.